EL ALMA DEL NAVEGANTE GENOVÉS
textos de : JORGE GODOY
Sin duda alguna el navegante mas conocido de la historia ha sido Cristóbal Colon.
Pero todos los soñadores tenemos algo de navegante en cada uno. Cada uno a su manera trata de alcanzar sus propias metas, hacer sus descubrimientos, o simplemente demostrar que no estamos equivocados y que a pesar que el mundo este en contra nuestra, debemos afirmar con vehemencia nuestra verdad. ¿Cuantas veces, por no aplicar la fuerza necesaria para llevar algún proyecto hacia adelante, hemos desestimado y hasta entregado al abandono, simplemente porque de primeras no nos han dado la razón, al igual que el gran navegante genovés que no desestimo su esfuerzo por demostrar su teoría, hasta que al final tuvo buena aceptacion. Así debemos también proceder nosotros.
Es por eso que no debemos bajar los brazos aunque muchos no nos den valor o desprecien nuestros sueños y nuestras esperanzas. Si estamos convencidos debemos ir a tocar puerta tras puerta, hasta que alguien nos la abra, así por ejemplo, cuando tenemos una canción escrita o cuando tenemos un poema que valga la pena o bien una novela para editar, debemos hacerlo. Pensemos cuanto tiempo hemos dedicado para ello y de cuanto esfuerzo nos ha costado realizarlas. Pensemos que mientras otros están de pleno disfrutando de sus merecidos descansos o de sus horas de sueños, nosotros en cambio hemos sacrificado cientos de horas libres para dedicarlas a nuestra obra. Por eso no se me ocurre nada mejor que compararlo nada menos que con Cristóbal Colon, a quien nosotros los que estamos viviendo en este nuevo mundo, tal como se llamo en su tiempo a las tierras nuevas descubiertas, le debemos casi todo. Después de el, vino todo, vinieron cientos de navengantes a colonizar nuestras tierras, pero eso es historia conocida. Lo cierto es que lo que si vale es que el, fue el primero, el que se aventuro a lo desconocido, el que soporto todo el peso del éxito o el fracaso. Tal cual como pasa con nosotros, desconocidos ciudadanos que hoy mismo sin perder tiempo debemos embarcarnos en la aventura de descubrirnos a nosotros mismos y dar rienda suelta a nuestros dones y a nuestras aptitudes. A través de todos los medios posibles que están a nuestro alcance y que nos pueden llevar al comienzo de nuestra aventura mas maravillosa que es la de triunfar en nuestros propósitos y lograr el anhelo de alcanzar la meta de nuestros sueños.
Si Cristóbal Colon no hubiese triunfado y debía de volver con el sabor amargo de la derrota, estoy seguro que se hubiera levantado nuevamente, una y otra vez hasta alcazar la victoria. Por que cuando se quiere triunfar hay algo que se lleva adentro del alma que imperiosamente nos impulsa a seguir intentando y apostando a la victoria.
Y si nosotros queremos llevar a buen puerto nuestros deseos, nuestros sueños y nuestras metas, esas que nos hemos trazados en la vida, debemos seguir tocando puertas hasta que las abran y que no nos doblegue el cansancio y aun así debemos seguir hasta alcazar la meta.
Así como cuando son altas horas de la madrugada y nos encuentra escribiendo o componiedo alguna pieza, así con ese mismo entusiasmo debemos empezar cada mañana nuestro día. El cansancio, la fatiga o el sueño, solo deben ser una mezquina excusa que no deben entorpecer ni interponerse entre el triunfo y nosotros.
Llevemos siempre adentro nuestro, a modo de ejemplo, el alma del navegante genoves.
Estimado Lector, muchas gracias y hasta la próxima entrada.
textos de : JORGE GODOY
Sin duda alguna el navegante mas conocido de la historia ha sido Cristóbal Colon.
Pero todos los soñadores tenemos algo de navegante en cada uno. Cada uno a su manera trata de alcanzar sus propias metas, hacer sus descubrimientos, o simplemente demostrar que no estamos equivocados y que a pesar que el mundo este en contra nuestra, debemos afirmar con vehemencia nuestra verdad. ¿Cuantas veces, por no aplicar la fuerza necesaria para llevar algún proyecto hacia adelante, hemos desestimado y hasta entregado al abandono, simplemente porque de primeras no nos han dado la razón, al igual que el gran navegante genovés que no desestimo su esfuerzo por demostrar su teoría, hasta que al final tuvo buena aceptacion. Así debemos también proceder nosotros.
Es por eso que no debemos bajar los brazos aunque muchos no nos den valor o desprecien nuestros sueños y nuestras esperanzas. Si estamos convencidos debemos ir a tocar puerta tras puerta, hasta que alguien nos la abra, así por ejemplo, cuando tenemos una canción escrita o cuando tenemos un poema que valga la pena o bien una novela para editar, debemos hacerlo. Pensemos cuanto tiempo hemos dedicado para ello y de cuanto esfuerzo nos ha costado realizarlas. Pensemos que mientras otros están de pleno disfrutando de sus merecidos descansos o de sus horas de sueños, nosotros en cambio hemos sacrificado cientos de horas libres para dedicarlas a nuestra obra. Por eso no se me ocurre nada mejor que compararlo nada menos que con Cristóbal Colon, a quien nosotros los que estamos viviendo en este nuevo mundo, tal como se llamo en su tiempo a las tierras nuevas descubiertas, le debemos casi todo. Después de el, vino todo, vinieron cientos de navengantes a colonizar nuestras tierras, pero eso es historia conocida. Lo cierto es que lo que si vale es que el, fue el primero, el que se aventuro a lo desconocido, el que soporto todo el peso del éxito o el fracaso. Tal cual como pasa con nosotros, desconocidos ciudadanos que hoy mismo sin perder tiempo debemos embarcarnos en la aventura de descubrirnos a nosotros mismos y dar rienda suelta a nuestros dones y a nuestras aptitudes. A través de todos los medios posibles que están a nuestro alcance y que nos pueden llevar al comienzo de nuestra aventura mas maravillosa que es la de triunfar en nuestros propósitos y lograr el anhelo de alcanzar la meta de nuestros sueños.
Si Cristóbal Colon no hubiese triunfado y debía de volver con el sabor amargo de la derrota, estoy seguro que se hubiera levantado nuevamente, una y otra vez hasta alcazar la victoria. Por que cuando se quiere triunfar hay algo que se lleva adentro del alma que imperiosamente nos impulsa a seguir intentando y apostando a la victoria.
Y si nosotros queremos llevar a buen puerto nuestros deseos, nuestros sueños y nuestras metas, esas que nos hemos trazados en la vida, debemos seguir tocando puertas hasta que las abran y que no nos doblegue el cansancio y aun así debemos seguir hasta alcazar la meta.
Así como cuando son altas horas de la madrugada y nos encuentra escribiendo o componiedo alguna pieza, así con ese mismo entusiasmo debemos empezar cada mañana nuestro día. El cansancio, la fatiga o el sueño, solo deben ser una mezquina excusa que no deben entorpecer ni interponerse entre el triunfo y nosotros.
Llevemos siempre adentro nuestro, a modo de ejemplo, el alma del navegante genoves.
Estimado Lector, muchas gracias y hasta la próxima entrada.
