domingo, 3 de julio de 2016

MURIÓ EL GENERAL (recuerdos)

              MURIÓ EL GENERAL
               (RECUERDOS)
                                             
                                                                                 
                                                                           Por: Jorge Godoy



       Fue un primero de Julio de 1974, unos minutos pasadas las trece horas.

       Cursábamos el segundo año del comercial y apenas habíamos entrado a la escuela, cuando imprevistamente sonó el timbre para reunir a todos los alumnos de la escuela en el patio mayor, formando filas y tomando distancia. 

       No sabíamos todavía de que se trataba, nadie sabia. Nos mirábamos extrañados entre nosotros, algunos jugueteando, otros riendo, como era la costumbre. Pero, el timbre que tenia la función de indicar el termino de las horas de clases para pasar al descanso acostumbrado de diez minutos, sonó en pleno inicio de la primera hora de clases. Todo indicaba que el llamado a reunión en el patio mayor de la escuela de todos los alumnos que habíamos sido ya avisados por nuestros celadores a guardar nuestras pertenencias y preparamos para irnos a nuestras casas, significaba que algo muy importante tenia que estar pasando. 

       El director, enfrente a todos, tomo la palabra y se dirigió no solo a nosotros, a celadores, profesores y auxiliares, también. El, ocultando algunas lagrimas dentro de sus ojos, nos anunciaba con suma congoja que hacia apenas unos minutos, dejaba de existir, victima de una enfermedad, nuestro presidente de la nación. Y que debido a tal suceso, se había decretado un asueto escolar y que por tal razón debíamos regresar a nuestros hogares.

       Murió el general Peron, supo escucharse con tristeza de boca de unos alumnos varones, mayores, que cursaban el quinto año comercial del turno tarde. Un silencio comenzó a gobernar aquel espacio colmado de alumnos y alumnas que con entrañable sentimiento comenzaron de a poco, a despejar. 

        No hacia falta preguntar nada, ni a nadie. En las calles los rostros infelices, empalidecidos, fracturados, conmovidos por el suceso, que si bien era de esperar, nadie esperaba, ni siquiera sus oponentes políticos que deambulando por las calles céntricas buscaban también el resguardo del hogar, mezclándose entre las clases sociales, apesadumbrados, oponentes que por historia habian peleado, palabra contra palabra y en algún momento dado también, violencia contra violencia. Sin embargo el cielo gris pareció acobijarlos a todos en un solo acontecimiento.

        Murió el general Peron, quizas, el mas envidiado por todos los otros generales, quizas, por haber sido elegido nada menos que por el voto honorable del pueblo como presidente de la nación.

        Fue en una tarde de julio, en la que todos los que vivimos aun por una razón o otra todavía la recordamos. Una mezcla de respeto y admiración por la muerte de un presidente de la nación, que ojala algún día, como un deseo, volvamos a ver antes de morirnos.
                            
                                            FIN

Estimado Lector, muchas gracias, y hasta la próxima entrada.

Fin


Estimado Lector, muchas gracias 
y hasta la próxima entrada.