sábado, 8 de noviembre de 2014

EL LIDER: DE LA GUERRA

EL LIDER:  DE LA GUERRA           
        


                  

                                                            Por: Jorge Godoy

          

          Queria librarse de un trance dificil de su vida, arengando en los estrados cada vez con mas reiteracion. Subia mas el tono, a proposito, enfatizaba su voz, mientras ocultaba, escondia con palabras por demas elocuentes, su pasado, su odio, rencores encerrados durante parte de su vida, tal vez fue aquella su propicia oportunidad, la mejor, la mas importante. Sin pensar en las consecuencias, convencido que la multitud que lo escuchaba, la que siempre lo seguia, alguna vez pudiera pensar diferente, como si en esos momentos hubiera alguien suficentemente capaz de hacerlo.
          La incitacion a la lucha, a la guerra, a la muerte, al exterminio, al odio, emanaban de el. Deseaba contagiar rapidamente a la multitud que fervientemente lo escuchaba, incorporarla a sus cuerpos, a sus mentes, nada menos para que estos cometieran los actos de mayor crueldad, actos que mas adelante recordaria la humanidad entera, al siglo XX,  como a un siglo del odio hacia los que fisicamente o mentalmente o culturalmente fueron simplemente, diferentes.





Estimado Lector, muchas gracias y hasta la proxima entrada.

lunes, 18 de agosto de 2014

RELIQUIAS DEL AYER: UN BUZON



RELIQUIAS DEL AYER:

                               UN BUZÓN

                                                           por: Jorge Godoy

 
 

    Este viejo y gastado BUZON despintado por el paso del tiempo y por su vida a la intemperie, podría considerarse uno de los emblemas mas simbólicos que poblaron los recuerdos del ayer a miles de ciudadanos.

   Que valor puede ostentar en el día de hoy, casi ninguno, pero, todavía están dispersados por las ciudades algunos, que hacen al folclore, la cultura, el paisaje del lugar, no importa adonde quede este, en la ciudad todavía hay muchos de ellos, que van quedando en completo deshuso, reemplazados tristemente por otros mas modernos, de distintas formas y mas chicos que generalmente se encuentran adentro de las instituciones adonde funcionan las oficinas de correo de los barrios.

     Este monumentito casi siempre parado en las esquinas, dio trabajo a muchisimos empleados del correo estatal.

     Hoy en día queja de por medio, y para ahondar en cuanto a desempleado se refiere, se puede agregar que es bueno cambiar, que es bueno el progreso, que es bueno modernizarse. Pero la comparacion es tremenda, los carteros de hoy en día solo trabajan para las compañias comerciales, llevan facturas, suscripciones, documentos, y algunas otras cosas mas.

     Pero ninguno de ellos lleva una carta, una carta de una persona a otra persona, eso ya casi no existe, casi tampoco existe el envió de las viejas postales, que se enviaban por correo desde lugares de vacaciones, tampoco llevan o traen las famosas tarjetas de cumpleaños, o las de fin de año, deseando felices fiestas y augurios para el año que se inicia.

      Todo eso pasaba por esos monumentitos, de colores rojos y que llevaba un color negro en esa especie de sombrerito que tenia o tiene todavía en algunos casos la abertura para que la gente le pusiera las cartas por allí. A un costado tenia una puertita con llave que el empleado del correo sabia abrirlo para descargarlos, y así quedaba nuevamente vació para que nuevamente la gente volviera a llenarlos con cartas .

       A mi me provocan cierta nostalgia cuando los veo aun parados allí en alguna esquina, y pienso en toda esa cosa tanguera, y del Buenos  Aires del ayer, siempre había en cada cuadro, un tanguero, un farol, una esquina y un BUZON.

      Por eso me da lastima que vayan desapareciendo de a poco a medida que pasa el tiempo, porque ya desapareció el tanguero, después el farol y ahora el BUZON.
     


Estimado Lector, muchas gracias y hasta la próxima entrada.


                                                     


 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

sábado, 10 de mayo de 2014

CUENTO: EL CAJON DE ORO


CUENTO: EL CAJÓN DE ORO


                                                    de: Jorge Godoy



             Hace mil años atrás, había en un reino muy rico, un rey que vivía holgadamente, pero tenia al pueblo pasando hambre y miseria, era el rey de Oros, un  día se puso muy viejo y pensando en su muerte ordeno un trabajo especial al funebrero don Nefasto.  Don Nefasto, no la pasaba muy bien economicamente y también estaba pasando hambre y miseria,  en el reino del rey de Oros. El rey de oros, le encargo para su funeral un cajón muy particular, que sea de oro, todo de oro, a don Nefasto el funebrero no le quedo mas remedio que acceder al pedido, se le dispuso para el un pago muy modesto, su trabajo a cambio de apenas dos monedas de oro. El rey de Oros exigió que su funeral sea preparado como el mejor de todos en todos los reinos de la tierra, y su funeral tendría que ser con todos los lujos habidos y por haber. Ordeno, exigiendo, que cuando este se llevara a cabo tendrían que tocarse todas las trompetas de su reino y de los demás reinos del mundo, recordándolo en su honor.

        El funeral se cumplió a rajatablas y duro varios días, sus restos fueron depositados a pedido del Rey, en el jardín del palacio, en una bóveda, construida especialmente para ese momento. Don Nefasto, se las arreglo para depositar el féretro de oro dentro de un nicho de piedra labrada y prolijamente esculpida, nadie supo, solo el y solo sus dos ayudantes que el cajón de oro, fue perpicazmente reemplazado por uno común. 
        Don Nefasto y sus dos ayudantes zarparon en un barco muy pequeño del puerto a la semana, de madrugada y sin aviso, con destino desconocido. 

        Pasaron mas de cien años para que alguien se diera cuenta de esto, pero ya no estaban el Rey de Oros, ni Don Nefasto, ni sus dos ayudantes y nunca mas apareció por ningún lado el cajón de oro.
                                              

                                                      Fin

Estimado lector, muchas gracias y hasta la próxima

viernes, 11 de abril de 2014

ELLA ESPERA EL AMOR DE SU VIDA

ELLA ESPERA EL AMOR DE SU VIDA


                                                  escrito por :JORGE GODOY


     Era lo mas parecido a una barrera del paso a nivel de un tren cualquiera, alta y atenta, despierta y esperando. Descansaba solo en los momentos en que pasaba un tren, así de vigilante eran sus eternos días, casi sin tipos de descansos, a la espera del idolatrado, adorado y añorado amor, el mismísimo amor que la mantenía en vilo, azorada al extremo, que la dejaba casi exánime y la mantenía extenuada hasta llegar al limite de sus fuerzas. No comía, no dormía, la espera, esa espera incontrolable, era su único alimento, horas y horas allí firme atisbada de pie junto a las rejas de su ventana, soñando, imaginando,  oír el silbato de un tren, de su tren, un tren que de tanto esperar, nunca llego, a pesar de que muchos trenes pasaron día a día, pero que ella no les presto atención. Ella siguió, seguía y seguirá esperando ese tren especial llamado: el amor de su vida.


                                                 FIN


Estimado Lector, muchas gracias y hasta la próxima entrada.

martes, 4 de marzo de 2014

LAS ARAÑAS DE LAS PAREDES

LAS ARAÑAS EN LAS PAREDES

                                 

                                                TEXTOS : JORGE GODOY



         Muchos tipos de arañas hacen su escondite entre los ladrillos de las paredes, se puede apreciar fácilmente a simple vista, un pequeño orificio de vez en cuando y además se lo ve que queda recubierto con telita de araña, son estas pequeñas arañas negritas con patas cortas y algo gorditas.   Hay otras como la galponera de pelaje marrón y de apariencia temible que son varias veces mayores que las de las las paredes, pero no hacen que su escondite sea tan visible y fácil de llegar. Otras como las de los cables y ramas de los arboles, que tejen su telaraña, son por lo general patas largas finitas y de cuerpo chiquito. 
        
         Cuando eramos chicos con  los pibes del barrio, jugando,  entre nuestras cosas raras hacíamos unos canutos finitos con hojas de los arboles y los poníamos en el agujero de la entrada de la cueva de la araña de las paredes, y soplabamos , esto producía un silbido, que por alguna razón la araña al rato salia de su cueva un poco molesta, pobre animalito, vaya saber si sabia que eramos nosotros que nos divertiamos con ella y no la dejábamos dormir en paz. 

         Algunas personas están tan adormecidas y tan metidas en sus cuevas, como las arañitas de las paredes, por eso es que no escuchan casi nada de lo que ocurre alrededor, aunque uno trate de comunicarse con ellas a través de los métodos tradicionales, ellos parecen seguir en el mayor de los letargos. Enamorados, quizás, tal vez, pensativos, preocupados, ilusionados, fascinados, o simplemente solo idos, tan idos de la realidad. Por eso es que habría que hacerles con alguna hoja de papel un canutito y bien cerca de los oídos soplarles, a lo mejor ese silbido los despierta y salen a ver que pasa, o tal vez se encuentren con la sorpresa que hay una fila larga de personas que hace un rato largo que quieren hablar con ellos.


Estimado Lector, sera hasta la proxima y muchas gracias.