viernes, 2 de diciembre de 2016

LAS TARDES MAS ESPERADAS (Nostalgia)

         
                  LAS TARDES MAS ESPERADAS
                          (NOSTALGIAS)

                                                                                                                 
                                                                                  Por: Jorge Godoy




         Como todas las tardes, ya casi eran las 5, verano de por medio, calores, época de receso escolar en Buenos Aires o vacaciones, como se quieran llamar. Algunas galletitas de agua extendidas en un plato de chapa amarillo sobre la vieja mesa de madera encolada de siempre, las mismas sillas altas de paja azules de todos los días , el mantel viejo descolorido y gastado de hule comprado hace un par de años ya en el bazar del barrio y,  esperando allí en el centro de la mesa, el te acostumbrado con un par de cucharitas de azúcar reposando en el fondo de la taza a la espera de que para cuando este se enfriara un poco, la revolviéramos para tomarlo.

       Corría los años 60, mas precisamente año 1966. Año en que habían inaugurado el canal 2 de televisión. Grande fue la alegría compartida con los pibes del barrio por esa emoción causada por ver algo nuevo, un canal nuevo. Vaya que era semejante emoción tal acontecimiento. Eramos los mas pequeños ya enormes adictos a los dibujitos que nos tenían acostumbrados los canales 13 y 11. El 9 a esa hora en cambio, sabían pasar novelas y en el 7, el canal estatal, algo cultural todo referente a los chicos con la escuela.

      A las 17 en punto la señal de ajuste, música suave de fondo, el logo del canal y luego una plantilla indicando la programación del día. Todo para hacerlo mas incitante.  Nosotros, atentos, los ojos extremadamente abiertos frente a esa pantalla de un viejo televisor noblex que emitía, por la época, sus dos únicos característicos colores, el blanco y el negro, igualmente, nuestras pupilas ya estaban acostumbradas a esa cromática. Cuando con alegría comenzaron a transmitir los dibujitos de hanna barbera, la pandilla de don gato y sus amigos, con benito y tucho y demóstenes y panza y el oficial matute entre ellos. 

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      Dicen que 50 años son muchos para vivirlos, que de acá a 50 años cualquiera puede hacer infinidades de cosas, planear una vida, por ejemplo, lo que uno quiere ser y tener para si y para sus seres mas queridos, mama, papa, la abuela, el abuelo, el tío, la tía, los primos, los amigos del barrio, los compañeros de la escuela y tantos otros mas que adornan a diario con entonados encantos divinos cada hora de nuestra infancia, con brillos, con fantasía, con emociones. 

      Idénticas emociones son las que hoy llegan hasta lo mas profundo de mi alma, que se calan entre mis huesos, haciéndose un solo conjunto, una masa homogénea ante el sublime recuerdo de todo aquello que con cada dibujito,  todavía sigue aflorando en el mas placentero mar de mis recuerdos. 

       Lágrima de por medio, aun me sigo entreteniendo y emocionando cuando los miro, a escondidas de la familia, a solas en mi cuarto, que se yo, para no andar explicando y esas cosas, tardaría una vida intentándolo y nadie lo comprendería, tan bien como lo comprendo yo. 

      Y ahora los puedo mirar en colores y encima en hd. A la hora que me plazca lo puedo buscar en YouTube y mirarlos gracias a la maravilla de la ciencia, otra vez como ayer con ese enorme placer,  a la pandilla de don gato y sus amigos.

                                                             Fin


Estimado Lector, muchas gracias y hasta la próxima entrada.